El domingo 20 de noviembre el club RBX se llenó del envolvente punk-metal que solo las presentaciones de la banda americana Doyle y de los chilenos Dominio pueden entregar, en un escenario lleno de seguidores listos para este gran reencuentro.
Así, a las seis y media subió al escenario Dominio, banda de power metal encargada de preparar el ambiente y de encender al público dispuesto a disfrutar del heavy metal nacional. Con la experiencia de haber sido teloneros de la banda alemana »Destruction», este grupo de rockeros hizo de las suyas con sus temas más demoledores como ‘Cenizas’, ‘Tu Ser’, ‘Voces que Atormentan’, ‘No te Atrapes’ y ‘Bestia Nocturna’. Con este último, finalizó la gran presentación recibiendo fuertes aplausos de los asistentes que llenaron el RBX.
Luego, llegó el turno del mítico guitarrista de Misfits, Doyle von Frankenstein, el que trajo a su banda Doyle a Chile para entregar a sus fanáticos todo su despliegue musical. Con su primera interpretación, un lodo tóxico de hardcore, punk y d-beat se apoderó del pequeño escenario del recinto y la banda se zambulló de cabeza extendiendo sus voces brutales, riffs carnosos, ritmos de batería sólidos y líneas de bajo oscuras, todo entrelazado en un desfile desolador de death punk frente a una audiencia alucinada por el estilo atrevido de la banda. Reflejaron más y más confianza a medida que su set se desarrollaba, creando una atmósfera rasposa. Su sonido se negó a permanecer dentro de cualquier caja mientras coqueteaban con una variedad de influencias, desde el black metal hasta elementos más melódicos. Si alguna vez te has preguntado cómo es meter la cabeza en una colmena de abejas realmente enfadadas, entonces la actuación de Doyle estuvo bastante cerca de eso.
La imponente presencia de Doyle dominó el escenario mientras martilleaba su guitarra sin perder el ritmo, en tanto, Alex Story rebotaba a su alrededor sudando cada letra. Doyle incluyó un puñado de clásicos de Misfits en su set como ‘Devilock’, ‘London Dungeon’ y ‘Skulls’, pero estos chicos son más furiosos, más pesados y más sexys, y no tenían miedo de demostrarlo. Extendieron su pesimismo sobre el público con Alex haciendo suyas las canciones y dominando al público con su estilo único, descarado y crudo.
En resumen, Doyle y su banda deambularon por el escenario como un puñado de animales listos para devorar a su público que los recibió con los brazos y los oídos abiertor. La próxima vez que estés cerca de ellos, asegúrate de atraparlos tú y prepárate para una sesión trepidante con una de las bandas más virtuosas de la escena punk mundial.
Por: Daniela Ubilla
Fotos por: Cristian Porras.
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