La cantautora se presentó en Blondie después de 18 años sin pisar ese escenario.. Ahora más madura musicalmente y con un sinfín de éxitos y vigencia.
Con un show Sold out lleno de fanáticos fieles, en una sesión llena de amor y entrega y un repaso por su clásica y multifacética discografía, se realizo nuevamente el show que se había postergado por no haber luz en el recinto la semana antes, con media hora de retraso.

Se apagan las luces y nos introducimos en un multiverso sonoro y variado, y eso y mas quedó plasmado en el escenario de Blondie al dar vida de forma íntegra a temas de su última producción, más los clásicos de siempre, imágenes que funcionaban como un film complementario de los pasajes musicales y una banda en sólida acorde.

La capacidad artística y emotiva de Nicole se mueve con su voz al frente de los instrumentos y compañeros de banda, junto a una guitarra eléctrica como espada para atravesar las diferentes canciones del disco. «Nostalgia», «Horizonte», «Tormenta», «Salto al vacío» y «Desierto florido» fueron muestra de las diversas capas que coexisten en un álbum que representa un nuevo inicio en un viaje sin fin de la compositora incansable, haciendo propias sonoridades que combinan beats y bases modernas con melodías y quiebres de pop.

Un show junto a una oleada de clásicos inmortales e insuperables, haciendo que la artista y su público fuesen una sola voz en plenitud de sus fuerzas. Además, canciones como «Despiértame», «Viaje infinito», «Sin gamulán», «Extraño ser», «Dame luz» iluminaron el escenario y dejaron a sus fans saciados, esperando un nuevo show para otra brillante experiencia junto a la artista.
Reportaje: Solange Aracena
Fotografías por: Cristian Porras.




